Frida Kahlo es una de las artistas más famosas de la historia, pero también una de las más trágicas. Nacida en Ciudad de México en 1907, Kahlo sufrió toda su vida de una serie de dolencias que la acompañarían hasta el final de sus días. A pesar de ello, logró construir una carrera artística sólida y dejó un legado que perdura hasta nuestros días.
Frida Kahlo nació en el seno de una familia de clase media. Su padre era un fotógrafo de origen húngaro y su madre, de origen mestizo, se dedicaba a las labores del hogar. A los seis años, Kahlo contrajo poliomielitis y tuvo que permanecer en cama durante varios meses. Este episodio la dejó con una pierna más corta que la otra, lo que le provocaría dolores toda su vida.
En 1922, Kahlo ingresó en la Escuela Nacional Preparatoria de la Ciudad de México. Fue allí donde conoció a Diego Rivera, uno de los muralistas más importantes de México. Kahlo y Rivera se casaron en 1929 y su matrimonio sería tan tormentoso como apasionado. Ambos tuvieron múltiples infidelidades, pero Kahlo siempre fue fiel a la pasión que sentía por Rivera.
En 1925, mientras regresaba a su casa en autobús, Kahlo sufrió un grave accidente que cambiaría su vida para siempre. El autobús en el que viajaba se estrelló contra un tranvía y Kahlo resultó gravemente herida. Sufrió múltiples fracturas en la columna vertebral, las costillas, la pelvis y la pierna derecha. Pasó varios meses en el hospital y, durante su convalecencia, comenzó a pintar.
En una carta a un amigo, Kahlo escribió: "Me pasé toda la noche pintando mi primera pintura. Fue simplemente un autorretrato con la mirada perdida y vestida con la ropa que llevaba cuando el autobús me atropelló... Me ha costado trabajo terminarla porque no podía trabajar mucho tiempo seguido y tenía que acostarme de tanto en tanto".
Los primeros cuadros de Kahlo reflejaban sus experiencias traumáticas y dolorosas. Autorretratos con vendajes, muletas y corsés se convirtieron en su seña de identidad. Pero sus pinturas también eran una ventana a su mundo interior. Kahlo se retrataba a sí misma con un realismo impactante, sin temor de mostrar su dolor y sufrimiento.
En 1938, Kahlo tuvo su primera exposición individual en la galería Julien Levy de Nueva York. La exposición fue un éxito rotundo y Kahlo se convirtió en la primera artista mexicana en exponer en Estados Unidos. A lo largo de su carrera, Kahlo exploró temas como la identidad, el género y la política. Sus pinturas son una mezcla de realismo, simbolismo y surrealismo.
A pesar de su éxito como artista, Kahlo nunca logró superar sus dolencias físicas. En 1953, se sometió a una amputación de la pierna derecha debido a una gangrena. Falleció en 1954, a los 47 años, por una embolia pulmonar. Pero su legado había dejado una huella imborrable en la historia del arte.
En resumen, Frida Kahlo fue una artista única cuya vida estuvo marcada por el dolor y el sufrimiento. Sin embargo, logró convertir su dolor en arte y dejar un legado que sigue inspirando a artistas de todo el mundo.
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